miércoles, 11 de septiembre de 2013

EL GUERRERO



He pasado tantas veces por estos bosques yertos,
que a mi esencia, jirones le han quedado
y busco ansioso algún ser que, con urgencia,
recomponga trozo a trozo, los pedazos.
Ya no hay gritos de batalla, solo penas,
ya no tengo más espada solo llanto
Yo he querido con mi vida y eso cuesta,
he amado  con pasión y lo he pagado
Solo con hilos de amor sanará mi alma,
solo caricias que me cubran con su encanto
Renaceré al amor que es lo que cuenta
Dios! Nunca pensé que amar así, costara tanto.

AH EL AMOR !



El miraba a través de la ventana…su ventana
ella tan bella, tan distante y tan lejana
que por más que lo intentara, ya sabía,
por más que él se estirara… no alcanzaba.
La observaba largamente a la mañana
desde el sillón mullido de su cuarto
acompañando sus movimientos lentamente
el corazón no le latía, paralizado!
Ella tenía grandes ojos negros, de sorpresa
ese cabello… un largo pelo enmarañado
y esa carita de enojo al despertarse
y la trompita que formaba con sus labios.
El con ojos de amor embelesado
y hasta con lágrimas, a veces, de enamorado
balbuceaba los “Te Quiero” en voz bajita
y gritaba sin sonido los “Te Amo”.
Podría saltar a su ventana desde esta alcoba
y sin siquiera articular una palabra
a su boca caerle de sorpresa
para poder de esa forma enamorarla?
Y pasaban los días y pensaba
cómo tal vez, con un truco sería posible,
si la magia, o un milagro permitieran
salvar esta distancia tan temible!
Pero larga fue la espera del milagro
y el debió aceptar su condición
de ser un muñeco de trapo, enamorado
de ser de harapos sentado en el sillón.